I was born in Chicago, IL. I was baptized in St. Procopious Catholic Church in the same city. I graduated from the University of Guadalajara with a Bachelor's in Business Administration and practiced my profession in this field for many years with success, but despite the achievements I felt empty, something told me that I was called to something more.
One day I felt the call to the priestly vocation. From that moment on, various events began to happen in which I clearly saw that the Lord was asking me for total dedication to follow Him. This meant leaving my job, profession, even my family. I understood the change that it would mean to leave behind everything I had built in the United States during many years of work to embark on a new path. This required long periods of time before the Tabernacle, participating in the Holy Mass, taking daily Communion and putting myself in faith in God. and in his will.
The Lord took my hand on this path, and although returning to Mexico was not in my plans, He showed me the way. Enter the Seminary of Christ the King and Saint Mary of Guadalupe, National Work for Adult Vocations, in the State of Mexico. Study Introductory Course and Philosophy. At the time of graduation, I asked the Holy Spirit to guide me, to give me wisdom to discern where I had to go; since the Theology stage was about to begin and it would be required to have a Bishop of any Diocese or a Superior General of a religious congregation. I put myself in prayer, in faith in God I surrendered to his will.
Time passed and the Lord prepared the way. At the time He led me again to contact the Missionaries of the Holy Spirit, Christ the Priest Province in the United States, by the will of God and the work of the Holy Spirit, after many interviews I was accepted to begin my vocational formation process. Today I am completely happy, fulfilled and grateful to God, since he has been my guide. I am always in constant prayer so that “what God began in me comes to a successful conclusion,” if that is his will.
Siempre estoy en constante oración para que “lo que Dios inicio en mi llegue a feliz término,” si esa es su voluntad.
Nací en Chicago, IL. Fui bautizado en St. Procopius Catholic Church en la misma Ciudad. Me gradué como Licenciado en Administración de Empresas en la Universidad de Guadalajara y ejercí mi profesión en este campo durante muchos años con éxito, pero a pesar de los logros me sentía vacío algo me decía que estaba llamado a algo más.
Un día sentí el llamado a la vocación sacerdotal. A partir de ese momento, comenzaron a suceder diversos acontecimientos en los que vi claramente que el Señor me pedía una entrega total para seguirle. Esto significaba dejar mi empleo, profesión, incluso mi familia. Entendia el cambio que iba a significar dejar en Estados Unidos todo lo que había construido durante muchos años de trabajo para emprender un nuevo camino, esto requirió largos ratos ante el Sagrario, participar en la santa Misa, comulgar diario y ponerme en fe en Dios y en su voluntad.
El Señor me llevo de su mano en este camino, y aunque en mis planes no estaba ya regresar a México, me indico un camino. Ingrese al Seminario de Cristo Rey y Santa María de Guadalupe, Obra Nacional de Vocaciones Adultas, en el Edo de México. Estudie Curso Introductorio y Filosofía. En los momentos de la graduación le pedía a el Espíritu Santo que me guiara, que me diera sabiduría para discernir por donde tenía que seguir; ya que estaba por empezar la etapa de Teología y se requeriría tener un Obispo de cualquier Diócesis o un Superior General de una congregación religiosa. Me puse en oración, en fe en Dios me entregue a su voluntad.
Paso el tiempo y el Señor fue preparando el camino. En su momento me llevo nuevamente a contactar con los Misioneros del Espíritu Santo, Provincia Cristo Sacerdote en Estados Unidos, por la voluntad de Dios y obra del Espíritu Santo, después de mucha entrevista fui aceptado a iniciar un proceso de formación a mi vocación. Hoy estoy plenamente feliz, realizado y agradecido con Dios, ya que el ha sido mi guía. Siempre estoy en constante oración para que “lo que Dios inicio en mi llegue a feliz término,” si esa es su voluntad.